lunes, 20 de agosto de 2012

Mirar sin ver

Corrían los primeros días de octubre, el calorcito se empezaba a sentir y Marcela decide llevar a su hijo Juancito a la plaza del barrio para que pueda divertirse y andar con el triciclo libremente, mientras ambos disfrutan de los radiantes rayos de sol que alumbraban el esplendor de la naturaleza reluciente en primavera.
Marcela preparó el equipo de mate, llevó a Juancito a hacer pipí al baño, cargó el triciclo en una mano y bajaron los seis pisos en el veloz ascensor que los depositó en el hall de entrada del edificio. Abrió la puerta vidriada de calle, bajaron los tres escalones que separan el edificio de la vereda y emprendieron su viaje hacia la plaza.
Cuando Juancito vio que llegaban al parque, quiso soltarse de la mano de su mamá, pero Marcela lo agarró bien fuerte y lo retó, porque él sabía que no debía irse de al lado de su mami. Cruzaron la calle y una vez en la plaza, Juan montó su colorido triciclo multicolor, simuló con su boca que ponía en marcha un motor y empezó a pedalear. Marcela se sentó en el banco de madera pintado de blanco y mientras refortalecía sus pulmones con los azares de las flores primaverales, preparó el mate y observaba a Juancito ir y venir con su triciclo a todo lo que le daban sus piernitas.
Entre mate va y mate viene se puso a hojear una revista de chimentos que había comprado hacia varios días atrás y que todavía no había podido leer; cada vez que terminaba de leer un párrafo se cebaba un mate, levantaba la vista para mirar por donde andaba Juan, aunque escuchaba su imitación de motor que la orientaba por donde circulaba su hijo y seguía leyendo otro párrafo más.
Con el mate a medio terminar, mientras leía su horóscopo escucha que Juancito pasa frente a ella y le grita, -Mirá mamá, mirá lo fuerte que ando, pero un minuto después, cuando levanto la mirada, explotó en un solo grito –Para Juancitoooo. ¡¡¡Noooo!!!.
Juan había tomado mucha velocidad y no llegó a frenar antes de alcanzar el cordón y cruzó la calle, pero con tan mala suerte que un colectivo no llegó a frenar y lo atropelló. Juancito golpeo su cabecita con el paragolpes y quedó junto a su triciclo totalmente destrozado debajo del ómnibus; cuando llegó Marcela lo levantó del piso, pero ya era muy tarde, su hijo, envuelto en sangre, yacía muerto entre sus brazos.
Una semana después Marcela permanecía todo el tiempo en la cama, llorando abrazada a un portarretrato con la foto de Juancito, mientras se culpaba por no haberlo mirado cuando él se lo pidió.
Los días fueron pasando, pero Marcela no lograba mejorar, estaba profundamente deprimida por la culpa que sentía. Se pasaba casi todo el tiempo en la cama, llorando sin parar y se levantaba cada día por medio para ir a llevarle flores a la tumba de su hijito.
Si bien había sido un terrible golpe para todos, Marcela no tenía mejorías y cada día que pasaba se sumergía más y más en un pozo depresivo. Trascurría las horas de cada día dentro del departamento en penumbras, permanentemente vestida con su deshebillé sucio y mal oliente y cada vez que se reflejaba en alguno de los espejos de la casa, se maldecía sola y se planteaba lo mala madre que fue, dejándose desplomar en un sentimiento de desvalorización propia.
Sus amigas y su madre, trataban de levantarle el ánimo, la llamaban por teléfono a cada rato y su esposo Raúl, ya no sabía más que hacer para poder levantarle el ánimo. Le llevaba flores, bombones, libros, discos de música, le preparaba ese salmón rosado al ajillo que tanto le gustaba, pero nada soluciona su tristeza y su propia degradación personal.
El primer aniversario del fallecimiento de Juan, fue realmente un calvario, dos días antes de que se cumpla la fecha, Marcela se desplomó en la cama y no se levantó más hasta que quiso ir al cementerio. Luego de estar tres horas sentada en el piso mirando fijamente la tumba de Juan, mientras lloraba desconsoladamente y acariciaba la foto de la lápida como pidiéndole perdón, regresó a su casa, se tomó un frasco completo de somníferos y se acostó a dormir.
Raúl volvió del trabajo y como la vio dormida, no quiso despertarla, ya que hacía días que no dormía, así que la acobijó y se acostó al lado de ella, la abrazó y se durmió anhelando que el trago amargo que estabas sobrellevando se supere inmediatamente y que su esposa se mejore ya.
Cuando los primeros haces de luz empezaron a traspasar las hendijas de la persiana de madera del dormitorio, Raúl se levantó y fue a preparar el desayuno para ambos. Cuando volvió con el mate humeante y las criollitas con dulce de calabaza, quiso despertarla, pero no hubo forma, entonces dejó todo en la mesita de noche y comenzó a moverla con fuerza, pero Marcela no despertaba. Entre tantas zamarreadas se cae al piso el frasco de Rivotril® que había comprado hacía dos días, pero estaba totalmente vacío.
Inmediatamente Raúl llamó a la emergencia médica, que llegó en cuestión de minutos y al ver que con las maniobras básicas Marcela no volvía en sí, decidieron trasladarla de urgencia para que le hagan un lavaje gástrico y la hidraten para que recupere el conocimiento.
Las horas en el hospital fueron eternas, Marcela no salía del shock farmacológico, aunque de a poco comenzaba a mejorarle la presión arterial. Luego de siete largas y agotadoras horas, salió de la sala de Unidad de Terapia Intensiva, el doctor Romero, quien era portador de alentadoras noticias, ya que les confirmó que Marcela había recobrado el conocimiento, pero que la iban a tener en observaciones hasta el día siguiente porque querían esperar que se le pase el efecto de las drogas que ingirió.
Al otro día, a eso de las 7:15 llega el Dr. Romero nuevamente al hospital y lo ve a Raúl durmiendo sentado en la sala de espera, se le acerca, lo despierta suavemente y lo invita a tomar un café en su consultorio. Raúl acepta la invitación y se van caminando juntos.
Café humeante, recién hecho, de por medio, El Dr. Romero le aconseja que sería conveniente que a Marcela la tratase un especialista. Raúl no quería aceptar la cruda realidad, pero tampoco podían seguir así, ya que la situación empeoraba cada día más y más. Finalmente y por recomendaciones del Dr. Romero, va llevar a Marcela con un Psiquiatra.
Inmediatamente realizaron una consulta con el Dr. Ignacio Del Cerro, especialista en psiquiatría, quien evaluó detenidamente el caso de Marcela y la medicó como para que esté más tranquila y no tan angustiada, mientras que una vez por semana quería verla para evaluar cómo seguía el tratamiento y ver de que manera debían proseguir.
Los días y meses fueron transcurriendo y si bien Marcela seguía pasándose todo el tiempo dentro del departamento, ya no lo hacía en penumbras y día por medio se cambiaba de ropa. Poco a poco empezó a divisarse alguna mejoría, al principio tenía muchos altibajos, pero con la acción del tratamiento fue mejorando paulatinamente.
Una tarde, a eso de las 5, recibe el llamado habitual de su madre y luego de colgar decidió no dejar de pasar el día entero sin haber hecho nada y pensó en ir al supermercado a hacer unas compras. Se cambió de ropa, agarró su monedero, se puso la campera rosa que había tejido y abrió la puerta del departamento para emprender su camino. Bajó los seis pisos en el ascensor, caminó por el hall de entrada, introdujo la llave en la puerta vidriada, la abrió y bajo dos de los tres escalones, cuando se detuvo por un instante, dio media vuelta y volvió para su departamento.
Cuando salió a la calle recordó que no había apagado la hornalla de la cocina y mientras subía en el ascensor dudó de que si había apagado el televisor. Entró al departamento y todo estaba en orden, la tv y la hornalla estaban apagadas, entonces cerró la puerta y volvió a emprender su camino hacía el supermercado.
Una vez en la calle, mientras iba caminando y cuando le faltaba media cuadra para llegar al supermercado, dudó de que había dejado la puerta abierta, así que pegó media vuelta y a pasos rápidos volvió al departamento, mientras caminaba velozmente recordó que debía sacar la ropa del lavarropas y tenderla, porque sino le quedaría con olor a humedad.
Llegó al departamento y encontró la puerta cerrada con llaves y ya que estaba entró a su casa para poder tender la ropa, pero oh sorpresa, el lavarropas estaba vacío y la ropa estaba colgada en el tender casi seca.
Entonces volvió a emprender camino al supermercado, pero cundo solamente hizo unos veinte pasos sobre la vereda, otra vez pensó que había dejado de la hornalla encendida y se pegó la vuelta. Al entrar en su casa y ver que todo estaba en perfectas condiciones se sentó junto a la mesa del comedor y empezó a pensar que se estaba volviendo loca.
Al día siguiente le volvió a pasar lo mismo y así por varios días más, cada vez que salía de su casa, le sucedía lo mismo y tenía que volver. Hasta que fue a contárselo al doctor Del Cerro, quien inmediatamente la sometió, por varias jornadas, a distintas pruebas de control, como electroencefalogramas, escáner cerebral y hasta arteriografía, pero ninguno estudio reveló nada, no tenía un tumor o una aneurisma, sino que solamente padecía un principio de amnesia de corto plazo.
Así que ahí mismo arrancó un nuevo tratamiento con más fármacos para poder contrarrestar la enfermedad. En total Marcela ya tomaba catorce píldoras diferentes por día.
Raúl ya no soportaba más ver sufrir a Marcela, así que empezó a indagar sobre como poder ayudar a pacientes amnésicos. Entre tantas alternativas complementarias que fue encontrado y adoptando en su cotidianeidad, descubrió la Biología Total y que cerca de su casa había un decodificador biológico. Entonces convenció a Marcela para que vaya a visitarlo y si bien él no creía mucho en las medicinas complementarias, estaba dispuesto a hacer lo que fuera para que su esposa deje de sufrir y se cure.
Una tarde lluviosa, paraguas en mano, Raúl y Marcela fueron hasta el consultorio de Franco Vilas, quien aparte de ser terapista ayurvédico es decodificador biológico de los seres vivientes.
Marcela y Franco estuvieron casi dos horas conversando dentro del consultorio, mientras Raúl esperaba en una sala con música tenue de fondo y cada tanto se dejaba oír el llanto de su esposa através de la puerta entreabierta. Cuando terminó la sesión, Marcela salió con cara de desconcertada y Franco le pidió a Raúl que no le haga ninguna pregunta a su esposa y que ambos presten atención al entorno que los rodea si es que vuelve a dudar en algo, y que la esperaba nuevamente dentro de una semana.
Apenas llegaron al departamento, Marcela se fue a dormir y al otro día se levantó con mejor ánimo y con ganas vivir. Vio que su casa estaba pálida y decidió ir con su esposo hasta la florería a comprar unas flores. Iban saliendo juntos, cuando al pisar la vereda, Marcela se detiene y duda de haber cerrado la puerta del departamento y se volvió corriendo a verificarlo, mientras que Raúl se quedó en la puerta de ingreso al edificio.
En ese momento Raúl ve que frente a él, se encuentra detenida una madre con su hijo en un cochecito, a quien se le había caído un gorrito y se lo estaba volviendo a poner, mientras le decía – Mi vida, se te cayó en gorrito, pero acá está mami para cuidarte y volvértelo a poner. Y ahora vamos a casita que ya es hora de que tomes tu mamadera.
Marcela volvió a bajar y fueron juntos hasta la florería. De regreso a casa con un ramo gigante de múltiples flores se cruzan con una madre que estaba abrigando a su bebé mientras le decía – Vamos a ponernos la camperita, porque después tomas frío y te hace buba. Justo en ese momento a Marcela se le cae el ramo de flores y mientras lo levanta le dice a su esposo que deben volver a la florería, porque se fueron sin pagar, pero Raúl la tranquiliza calidamente mostrándole el ticket de pagó que estaba abrochado al papel del ramo.
A los cinco días vuelven a ir de Franco Vilas y apenas entran al consultorio, Raúl le cuenta todo lo que vio que sucedía cada vez que su esposa dudaba de algo. Apenas Marcela escucho lo que contaba su esposo, se puso muy furiosa y le gritó que estaba mintiendo y que la ayude a mejorar no a complicarle más la vida inventándole cosas.  Inmediatamente Franco le pidió a Raúl que los espere afuera y le guiñó un ojo en agradecimiento a lo que le contó.
Una hora más tarde se abrió la puerta del consultorio y esta vez Marcela tenía cara de muy desorientada. Franco le pidió a Raúl que la lleve a descansar sin abrumarla con preguntas innecesarias sobre el tema y que cualquier cosa que vuelvan, pero para él ya estaba encaminada en la curación definitiva.
A partir del día siguiente Marcela dejó de dudar de que se hubiera olvidado tal o cual cosa y de a poco fue dejando los diferentes fármacos que tomaba junto a las consultas a las que concurría con el Dr. Del Cerro, y con mucha paciencia y voluntad volvió a ser la misma que era antes de perder a su hijo.
Raúl no podía creer lo que veía y cómo su esposa había vuelto a ser la que era; y cómo no entendía lo que había sucedido, pero no le preguntaba a Marcela, tal cual se lo había dicho Franco; un día cuando volvía del trabajo, paso por el consultorio de Vilas para que este le explique que fue lo que le hizo.
Franco lo atendió muy amablemente y le explicó que el cerebro de su esposa utilizaba un pensamiento parásito cada vez que estaba expuesta a un posible pico agudo de estrés. Es decir que cada vez que Marcela veía que una madre que protegía a su hijo, su cerebro actuaba velozmente haciéndola pensar en otra cosa y no en la situación que estaba viendo, para que esta no se convirtiera en un drama monumental y así lo ocultaba en el inconciente, provocándole una amnesia de corto plazo para que se centre en lo que se olvidó en vez de lo que mira y no ve.
Una vez concientizada de su problema, simplemente tomó conciencia de lo que le pasaba, decodificó su pesar psicobiologico y se focalizó en estar bien y ser feliz.

miércoles, 4 de julio de 2012

Voice over - Crónica de una pasión

  Desde los cinco o seis años de vida empezó a jugar con su voz, tratando de imitar a Larvell Jones, el agente moreno multivoz de “Locademia de Policías”, aquella película estadounidense que parodia el accionar y labor policial del país del norte.
  Constantemente intentaba igualar los sonios cotidianos y con el pasar del tiempo fue encontrando su horizonte dentro de los medios de comunicación y más precisamente dentro de las radios, por eso primero estudia Periodismo y luego cursa la carrera de Locutor Nacional.
  Una vez que empiezan a transcurrir los días, meses y años para lograr ser locutor nacional, encuentra una nueva pasión, se obnubila con los doblajes y personificación de dibujos animados, los cuales le permiten jugar ampliamente con su voz.
  Mientras sigue incursionando en el aprendizaje teórico, mediante la iniciación de una nueva carrera profesional dentro del Posgrado y Licenciatura en Periodismo, empieza a imitar a “Gargamuza”, el personaje animado gordito de TVR, al cual hizo tener protagonismo dentro de una clase de Tecnologías Digitales de Comunicacion e Informática.
  En el último tiempo, a raíz de estar cursando el Módulo de Radio dentro de la Universidad Nacional de Rosario, surgió la posibilidad de hacer documentales radiales. De entre casi 60 alumnos surgieron un inmenso crisol de documentales, algunos con voces de personas entrevistadas, otros con la voz en off de algún locutor y otros que mezclaban todos los géneros más algún personaje.
  Un grupo quiso hacer un documental sobre Roberto “El negro” Fontanarrosa y su relación con las malas palabras, pero se encontraron con la necesidad de personificar a “Inodoro”, a “Mendieta” y a “La Eulogia”. Apenas lo plantearon delante de toda la clase, Mariano se lo imaginó a Inodoro dialogando y empezó a hablar con una voz gruesa y rasposa, de un hombre de tierras adentro, y casi sin pensarlo, se ofreció para personificar al gaucho.
  Una vez en el estudio de grabación, con el guión en mano, surgió el inconveniente de que faltaban las voces de “Eulogia y Mendieta”, situación que impedía poder realizar la grabación, porque no tenían forma de hilar la historia, así que sin pensarlo empezó a imaginar cómo hablaría “La Eulogia” y enseguida de le ocurrió que debía ser una voz chillona y mandona, pero que a la vez sea graciosa y así fue como después de varios intentos consiguió personificarla.
  Y arrancó la grabación con los dos personajes interpretados por una misma persona y dialogando entre ellos. Una vez culminado todo el dialogo estipulado, remataba el documental una frase de “Mendieta”, al cual le creó una voz, mezcla de locutor con perro que le dio vida auditiva al entrañable compañero de “Inodoro”.
  Apenas sale de grabar “Malas palabras”, lo agarran al cruce otro de los grupos que necesitaba imitar a Juan Domingo Perón en un discurso que dio a mediados del siglo pasado en San Nicolás. Dubitativo por tamaña imitación, respondió que nunca había imaginado poder imitarlo, pero que lo iba a intentar y probarían.
  Inmediatamente buscó por internet, videos de diferentes discursos del General Juan Perón y mientras los miraba detenidamente, con los auriculares muy fuertes, como para que nada se le interponga entre Perón y su mente, fue imaginando como debía sacar una voz disfónica, pero que a la vez sonara convincente capaz de traspasar y conmover a los oyentes como lo hacía El General.
  Con temor al yerro, pero con toda la predisposición del mundo, se encaminó nuevamente para el estudio de grabación y después de varios intentos fallidos, sacó una símil imitación de Juan Domingo Perón, la cual mezclada con algún efecto sonoro de multitud, parecería como original y permitió darle forma al documental “α y Ω, el primer y el último Puerto“, historia crítica sobre el Puerto de San Nicolás.
  Y así fue, como desde un simple juego con las cuerdas vocales, llegó a personificar e imitar a diferentes personajes y personalidades que hoy en día le permite estar directamente ligado a su pasión con los micrófonos disfrutando de lo que hace y sabe hacer.

Al son imparable

  La noche que se lo oyó por última vez, fue una noche como las demás. A las 20, como siempre, Josele estaba sentado sobre el cajón de verduras vacío y doblando por la esquina se lo ve a Juanico, el dueño del bar, llave en mano y pañuelo mugroso en la otra, el cual lo usaba para secarse el incesante sudor que le fluía de su cuello y cabeza, gracias al inmenso calor que reinaba por esos días, su caminata cojeada lo hacía galopear de a saltitos, camino a abrir el Bodegón de Abajo. Una vez adentro abrieron las ventanas, prendieron las luces y los ventiladores, Flora se puso a barrer el piso, mientras que Benito acomodaba las mesas y sillas, todo a la espera de la concurrencia que habitualmente frecuentaba al bodegón.
  El reloj ya casi marcaba las 20:30 hs y por la puerta principal apareció Fidel, camisa floreada, pantalón blanco y zapatos lustrados, listo para brindar su mejor repertorio salsero junto a su entrañable amigo Josele. Contrabajo y timbaleras en mano, todo listo para la gran zapada centroamericana. Una vez que el sol se ocultó, los clientes empezaron a llegar y el Bodegón comenzó a tener vida.
  Rum, Cuba Libre, Mojito, Daiquiri y Whisky, todas bebidas fuertes que con mucho hielo hacían más llevadero el calor. Y entre copa va y copa viene, se armó el bailongo y la fiesta explotó. Ritmos caribeños y meneos sensuales se apoderaron de la noche. Todo era algarabío y jolgorio hasta que los gallos empezaron a anunciar que el día venia arrancando, mientras que unos pocos borrachos quedaban tirados por los rincones y otros dormían sobre las mesas.
  Josele y Fidel tocaban su último tema mientras Flora trataba de despertar a Raúl, el conductor de un taxi que había bebido de más y estaba soñando sobre una mesa. Después de tanto insistir y entre maldiciones y enojos logró despabilarlo, pero el estado etílico del conductor fue mucho más fuerte que su educación y quiso aprovecharse de Flora.
  Desde la otra punta observaba todo Fidel, quien al ver el abuso del chofer, de un solo salto corrió a socorrer a Flora y se trenzó en forcejeo con Raúl, quien sacó un facón y se lo enterró en el abdomen. Inmediatamente Juanico echó a patadas al taxista y Benito llevó a Fidel al hospital, en donde curaron e internaron a la espera de su pronta mejoría.
  Mientras tanto en el Bodegón de Abajo solo había quedado Josele apoyado en sus timbaleras recordando y añorando lo felices que siempre fueron haciendo música, mientras que murmuraba un rezo para que su amigo se recuperase y este bien pronto, así juntos pueden volver a salsear.

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sábado, 31 de marzo de 2012

Radio...

  Desde la segunda década del siglo pasado, cuando aquellos Locos de la Azotea transmitieron por primera vez una audición radial, jamás has dejado de crecer, en algunos momentos a pasos agigantados, en otros lentos y con temor a ser boicoteada, pero nunca detenida, esfumando la utopía de quienes querían hacerte a un lado y anotarte en el inventario de la historia junto a las ruidosas fonolas y los rayados discos de vinilo.
  Estuviste en casi todos los grandes acontecimientos de la historia mundial, atravesando el éter y penetrando los oídos silenciosos de la gente, quienes gracias a tus ondas sonoras han podido informarse, conocer, descubrir, imaginar y porque no, divagar con tus diferentes audiciones.
  Vieja y querida radio, que sería de los pueblos si no te hubiesen creado, como se habrías atravesado fronteras y murallas de contención sin ser divisados por quienes en esos momentos querían reprimir el acceso público.
  Cuantas veces has alertado, prevenido, aconsejado, educado, persuadido, alegrado, entristecido y muchas otras, has hecho pensar y actuar de varias formas a quienes ni siquiera entendían lo que pasaba.
  Fuiste testigo de enojos y calenturas, seguramente alguien alguna vez habrá atacado a tus transistores, en momentos de enardecimiento y en tantos otros te habrán acobijado en momentos de soledad y/o melancolía junto con tristeza.
  Con tu amplitud y frecuencia modulada, llegaste, estás y penetrarás los oídos y mentes de cada persona que en algún momento encendieron, prenden o conectarán un sintonizador y ahí estés, firme al pie del cañón, como en tu primera aparición aquella noche fría de fines de agosto de 1920.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Periodismo deportivo = fútbol



  En junio de 2009 el ex presidente, Néstor Kirchner inmortalizó la frace: “¿Qué te pasha Clarín, estás nerviosho?”, ahora sí podríamos decir algo similar en Rosario, sería: "¿Qué les pasa a los medios rosarinos, están obnubilados por el fútbol?"Aparentemente sí, ya que hay tres canales televisivos de aire, cinco de circuito cerrado pre pago, dos diarios con una amplia tirada local y zonal, varios semanarios impresos en celuloide, cinco radios de amplitud modulada y más de un centenar de FM, sumados al amplio crisol de páginas webs; medios televisivos, radiales y gráficos que cubren el minuto a minuto de todo lo que acontece en el ámbito local, zonal, nacional e internacional, pero que, asombrosamente al momento de hablar de deportes, en su gran mayoría, por no decir todos, lo hacen de futbol y en escasísimos casos abordan algo de tenis, dejando de lado y desechando las demás disciplinas deportivas.
  Últimamente se ha difundido el rugby, el básquet, el jockey y el voley, pero solamente cuando jugó el seleccionado nacional. De automovilismo ni un solo medio da una mínima noticia de lo que pasó, sucede o acontecerá, a excepción de que ocurra algún accidente fatal, como los últimos que lamentablemente han ocurrido.Dan WheldonMarco SimoncelliRamiro Tot y Guido Falaschi fueron noticias en todos los medios rosarinos, porque han fallecido a raíz de accidentes fatales, los cuales, al instante u horas posteriores a la colisión, les causó la muerte. A la sazón, en ese momento aparecen los opinólogos pseudo especialistas que jamás o en muy escasas oportunidades han visto una carrera desde que se apaga la luz roja  hasta la bajada de la bandera a cuadros, periodistas que ni siquiera saben cambiar un neumático pinchado.
  Hoy en día, hay mucha información de automovilismo por numerosos medios, llámese Twister, Faceboock, comunicados de prensa, etc, etc, etc, pero lamentablemente se perdió terreno, ya que antes era tapa de diarios y suplementos deportivos, y ahora si no hay una trágica noticia lúgubre, nadie le da valor.  Hasta hace cuatro años se mantenían al aire dos transmisiones en vivo de cada autódromo y cuatro tiras diarias de deporte motor, una en cada estación de radio AM rosarina (Radio 2LT8LT3 y Nacional), hoy en día solamente queda un mini micro en Radio Cerealista (AM 680), mientras que en los diarios locales aparecen ocho a diez líneas solamente los fines de semana. Si alguien de Rosario o la zona quiere escuchar una carrera que sea trasmitida por una radio no porteña, tiene que escuchar Radio San Genaro, ya que es la única emisora del interior del país que recorre todos los autódromos llevando el minuto a minuto de lo que acontece en cada trazado argentino.
  En los últimos 6 años hemos tenido cinco campeones zonales, Iván Saturni(Bigand), Iván Ciccarelli (V. Gdor. Gálvez), Facundo Ardusso (Las Parejas), Guido Falaschi (Las Parejas) y Rodrigo Rogani (Pujato), a los cuales casi no se les ha dado difusión y mucho menos en la prensa escrita. Normalmente la pasión más grande por el automovilismo se fija en la Fórmula Uno, en Argentina la única divisional a nivel nacional que es similar a la máxima categoría mundial es la Fórmula Renault 2.0, especialidad en la que compiten y compitieron la mayoría de los mejores pilotos nacionales, es la categoría escuela donde se han coronado campeones eximios pilotos, tales como Roberto “Tito” Urretavizcaya, Omar “Gurí” Martínez, Juan Manuel “Pato” Silva y Gabriel Ponce de León entre otros; Ardusso y Rogani también fueron campeones y en Rosario, salvo ínfimas excepciones, ningún medio se enteró o si lo hizo, privó de informarlo masivamente. Es más, hace un año atrás Esteban Guerrieri se consagró sub campeón de la Indi Light estadounidense (categoría previa para ascender a correr en Fórmula 1 o GP2 Series), pero desafortunadamente en la ciudad nadie lo difundió.
  Desde 1993 hasta 1998 los principales programas automovilísticos nacionales, llámense Carburando (Radio Rivadavia), Campeones (Radio El Mundo) y Vuelta Previa (Colonia), tenían corresponsales solamente en 2 autódromos, en el Coliseo de  Buenos Aires y en el Juan Manuel Fangio de Rosario (el cual debería llamarse de otra manera, ya que en la zona hubo grandes pilotos de trascendencia mundial, como Oscar “Poppy” Larrauri o Carlos A. Reutemann, y ni siquiera son registrados). Sergio Tenaglia escribió durante diez años el suplemento automovilístico del diario El Ciudadano y únicamente redactó una nota de tapa cuando falleció algún piloto, mientras que tuvo que resignarse a ser siempre cronistas, porque nunca fue especialista en fútbol y solamente puede ser jefe de redacción deportiva un profesional especializado en fútbol.
  Retrocediendo la memoria a principio de año, el mítico Dakar, la prueba automovilística más dura y difícil del mundo, pasó por Rosario y tal cual como sostiene Mauricio “Damon” Gallardo, no se detuvo ni plantó el primer Vivac frente al Monumento Nacional a la Bandera, porque jamás hubo una política que lo avale y una difusión que lo acompañe. Mientras, Daniel Perriard, responsable deAutopasión, afirma que solamente los medios masivos y más precisamente los diarios rosarinos publican las noticias automovilísticas cuando estas son necrológicas, causadas por feroces accidentes y además sostiene que gran parte de la culpa de no tener información fierrera se da a raíz de las malas administraciones de los dirigentes de las diferentes categorías zonales.
  Haciendo referencia a los dichos de Tenaglia, quien quiere competencia, quiere que haya programas de televisión, de radio y que los diarios difundan el automovilismo.
  Es preciso destacar que hace trece años que se viene apagando la llama de difusión automovilística, solamente quedan pocas brasas encendidas, que si no son avivadas por los vientos de los pseudos omnipotentes multimediales, se convertirán en cenizas, las cuales serán casi imposible de resurgir cual ave fénix.

sábado, 19 de noviembre de 2011

La virtualidad social condena

Noventa y ocho de cada cien usuarios de la web tienen redes sociales, llámese Facebook, Twitter, Myspace, Linked in, Hi5, Badoo o Sónico, entre tantas otras. Y el 76% de estos consumidores no toman ni un mínimo reparo del riesgoso que implica pertenecer a una red cibernauta social.


La gran mayoría de las personas que prender una computadora, navega por internet y se crea una cuenta en una red social, coloca todos los datos que le va pidiendo la afiliación, sin antes haber leído detenidamente la inmensa cantidad de hojas de las que está compuesto el contrato virtual y así sitúa identificación personal, dirección, teléfonos, cantidad de familiares, etc, etc, etc; todos datos fidedignos que son proporcionados en exclusividad perpetua al dueño del sitio, quien vende, al mejor postor, toda la información, fotos y videos que se publican.

Si bien es cierto que las redes sirven para encontrar a aquella persona que hace años que no se ve, también y en su gran mayoría se usan para ver las fotos de los otros y para que todo el mundo pueda ver las propias y obviamente sean comentadas. Un amigo que se mudó lejos, el primo que se fue del país, la hija de la vecina de la tía del pueblo, un viejo amorío y hasta el cartonero del barrio suben fotos para sentirse vivos, y esperan que se las comente para confirmar que SÍ, realmente existen.

Según la Licenciada Paula Sibilia, creadora del libro “La intimidad como espectáculo”, uno es lo que se ve y cada uno es aquello que sabe mostrar, pero hay que saber administrarse como una empresa, ya que sino quien está del otro lado del cableado puede hacer mal uso y abuso de lo publicado inocentemente en post de figurar y sentir ser alguien en el mundo.

Sepan los usuarios de los enlaces cibernéticos de la web 2.0 que son partícipes indefensos de la vidriera más grande del mundo, la cual, en muchos países, es considerada como el espionaje más colosal en la historia de la humanidad. Y así, la masa mundial se va convirtiendo, de manera inconsciente, en un World Big Brother, donde todos miran las miserias de todos, mientras son verdugos y solidario al mismo tiempo, conviviendo bajo una misma plataforma informática que potencia aceleradamente el condenar de sus miembros.

@2074new_year. Incomunicado en la comunicación

Los fuegos artificiales digitales anuncian la llegada del nuevo año alegrando a todos. Familiares y amigos brindando a través de las webcams y deseándose unos a otros mucha prosperidad y felicidades para este nuevo 2074 que acaba de comenzar. Mientras mamá y papá saludan a unos amigos que están a la vuelta de la esquina desde el celular, Esteban besa a su novia japonesa desde la netbook. Lucrecia chateaba con la prima lejana que vive en Malasia, quien a su vez le cuenta lo hermoso que era Poseidón y que lo había conocido en sus últimas vacaciones virtuales a la Grecia de 900 a 800 AC. Anacleta skypea con su red de sexo virtual, los cuales se desean felices orgasmos múltiples mentales. En tanto Luca con sus tres añitos corría con la palm en reposo de un familiar a otro para que le prendieran su conector con el mundo y así poder jugar en red, pero todos lo echaban; y en eso ve al nono Bernardino que está en penumbras sentado en el rincón que da junto al ventanal olvidado, el cual es como una vidriera que muestra la imponente, pero a la vez, apagada ciudad de Rosario.
-¿Nono que ache miando e vidio? ¿Tas tiste?
-No, nada Luquita, nada… Solamente recuerdo y extraño, recuerdo y extraño mucho…
-¿Y qué estanias?
(Mientras le acaricia la cabeza)-Y… Extraño el abrazo fraternal de un amigo, el brindis con la familia, el beso pegajoso de quienes amamos. Extraño todo lo que era la vida antes que la tecnología se adueñara de nosotros…
Entonces Luca se fue corriendo a contarle a papá Martín que el abuelo estaba triste y con los ojos lagrimosos, pero este no le dió importancia, prendiéndole la palm y diciéndole que eran cosas de viejo, que no le de valor. Bernardino hizo oídos sordos de los dichos de su yerno y siguió recordando y añorando todo lo que se perdió y se dejó en el olvido.
Ino, según le decían los más allegados, no separó la frente del vidrio y mientras miraba en las gigantes pantallas de led explotar los fuegos de artificio, no dejo de proyectar en su memoria todo lo que vivió y que ya no se ve. Recordaba cuando de niño andaba en bicicleta por las calles y veredas pulcras, saludando a todos al pasar, mientras que ahora las bicicletas son estáticas con micro cines que te transportan al lugar por donde querés andar. Sonreía con el recuerdo de su padre enseñándole a manejar el Torino, con todo lo que conllevaba dominar un seis cilindros en línea, ahora simplificado con la teletransportación. Y mirando hacia la avenida, viéndola echa un basural, se le cae un lagrimón al añorar caminar por la ciudad y poder respirar, en los parques, aire puro, situación que hace años no se puede practicar, ya que solamente a la calle salen los malvivientes con mascaras de protección, porque sino sus pulmones se contaminarían inmediatamente e inyectarías tóxicos letales a todo el torrente sanguíneo en menos de medio minuto.
-(Con voz entrecortada y penosa, susurra) Que linda que fuiste… Quien te ha visto y quien te ve, mi querida Rosario…
Mientras cierra los ojos y apoya las manos en el ventanal tratando de cobijar a la sufriente ciudad totalmente desprotegida y maltrecha, que poco a poco queda vacía por fuera, aunque repleta de edificios apestados de personas, las cuales cada vez están más incomunicadas en la era de las comunicaciones, aisladas en sus mundos ficticios mientras ignoran a las persona más próxima y allegadas, se duerme recordando el mundo como era e intentando olvidar lo que es hoy.

Vivir o morir por un tatuaje

 El desarrollo creciente y sostenido de la tecnología ha hecho posible mantener la vida de numerosas personas en situación crítica. Sin embargo, la utilización de procedimientos y tecnologías de apoyo vital ha dado lugar a discusiones sobre la licitud de su uso en determinadas circunstancias.

Este debate acerca de qué deben hacer los médicos: respetar los deseos de los pacientes o cumplir su "labor", se abrió nuevamente  porqueTomkins, una mujer inglesa de 81 años, se tatuó en su pecho No Resucitar,  tratando de lograr que los médicos no cumplan con sus obligaciones profesionales. Decimos, nuevamente, porque en 2003 ya nos habíamos hecho eco del problema con el caso de Frances Palack, una ex enfermera, también de origen inglés, quién se había tatuado No Resucitar, prohibido el pas. Cabe preguntarnos si realmente es una nueva moda o la gente quiere decidir cuándo morir.

En primer lugar, tenemos que aclarar que en base a los casos citados estamos hablando de la reanimación cardiorrespiratoria (RCP) y no de personas que dependen de un aparato para seguir con vida.  El RCP es una actividad médica basada en protocolos, en un entorno, en general, desfavorable y con una gran incertidumbre. Es esencial señalar que la resucitación no es la mera restauración de funciones vitales sino la supervivencia con un mínimo de calidad de vida. Creemos que  la clave del problema se halla en que una persona inconsciente no puede expresar su voluntad, por dicho motivo tanto Palack como Tomkins decidieron tatuar su pecho. ¿Hasta qué punto esto es valedero?  ¿El médico lo respetará? Estamos seguros que para un profesional de la salud no debe ser fácil tomar una decisión, pero también sabemos que cuando está en juego la vida de un menor se tomará en cuenta la voluntad de los padres. ¿Y en el caso de un adulto, quién se encargará de dicha decisión, los hijos, un papel, el tatuaje o el médico?

A lo anteriormente dicho se suma la ética médica, entendiéndose a la misma como un conjunto de principios morales que orientan la conducta de los profesionales de la salud. Los principios éticos no son inmutables, cambian según la época y las características sociales y culturales de los pueblos. Tradicionalmente, la ética en la práctica médica se ha guiado por los principios hipocráticos de “hacer el bien y evitar el mal”, sin tener en cuenta la opinión del paciente. Según el Dr. Paco Meglade (director del área de infectología del Hospital Muñiz de Capital Federal), los profesionales de la salud pueden transformar a la muerte en un fallecimiento armónico y en paz, pero no pueden abandonar a una persona que podría seguir viviendo, ya que romperían con el Juramento Hipocrático y serían juzgados ante la ley sin ningún tipo de compasión.

Por otra parte se debe tener en cuenta que el derecho a vivir o a morir lo puede tener cualquier ser humano en perfecto estado de conciencia, pero en el momento en que alguna persona se encuentra descompuesta, fuera de sus cabales o inconciente, ningún tercero puede decidir por él, ya que ante la justicia prevalece la vida. En sí un tatuaje es algo que se lleva durante toda la vida, nuestros pensamientos cambian constantemente y está bien que así sea. De alguna manera, estamos en esta vida para aprender, crecer, evolucionar y podemos arrepentirnos. En el momento de la inconsciencia una persona no se puede volver a manifestar una voluntad válida y demostrar que en ese momento, su intención real era la de seguir viviendo.

La evolución de la mentalidad en nuestra sociedad, la valoración de que no siempre el máximo tratamiento es lo mejor, y la toma de conciencia de que los recursos económicos y sanitarios son limitados, han obligado a cambiar progresivamente la práctica médica desde la idea de “hágase todo lo posible” a la de “hágase todo lo razonable”. Finalmente, por más tatuaje y escrito certificado que pueda poseer una persona, son innecesarios a la hora de ser salvados de la muerte, ya que los facultativos van a hacer todo lo humanamente posible para poder reanimarlos y mantenerlos estables hasta su mejoramiento definitivo o hasta su deceso.

viernes, 3 de junio de 2011

¿Autódromo o ilusionódromo?

¿Autódromo o ilusionódromo?


    En abril de 1981, Gabriel García Márquez, publicaba Crónica de una muerte anunciada, hoy 30 años después, el título de la magnífica obra se podría trasladar perfectamente a Rosario y más precisamente al Autódromo “Juan Manuel Fangio”, ya que en cuestión de días, el trazado rosarino pasaría de ser un autódromo modelo en la década del ’80 a un mero terreno potencialmente fantástico para dos sectores totalmente opuestos, un emprendimiento habitacional de alta alcurnia o un asentamiento irregular.
    Lamentablemente todos los amantes del deporte motor, sobre ruedas, se quedarían sin autódromo, ya que un grupo muy reducido de vecinos de alto poder político y económico que bordean el predio ubicado en la avenida Jorge Newbery, junto a la complicidad de algunos políticos locales, se han obsesionado en concretar, de una vez y para siempre, la desaparición del predio que data desde 1961.

 

    Mediante el apoyo de la justicia local, se fulminará la ilusión de muchos rosarinos y de ciudades y pueblos aledaños; convirtiéndose en lo que se venía presintiendo y que ya es casi un hecho, a raíz de las interminables mentiras; la cruda realidad aterrizará en el transcurso del vigente año. Rosario ya no tendrá autódromo. Y de una vez y para siempre, los oídos de los rosarinos ya no serán engañados por las calumnias de quienes no entienden absolutamente nada del tema.
    En marzo de 1996 se corrió la última carrera de TC 2000, y desde allí y hasta el día de hoy, en la República Argentina se inauguraron 9 autódromos (La Plata, Mar de Ajó, Olavarría, Río Gallegos, Viedma, San Luis, Río HondoPotrero de los Funes y Neuquén) y está próximo a inaugurarse el de  Junín. Además, en este lapso de tiempo se extendieron el perímetro de los circuitos de Paraná, Alta Gracia, Río Cuarto, Trelew, Salta, Pigüé, San Rafael, Comodoro Rivadavia, General Roca (Rió Negro), San Jorge (Santa Fe), Posadas, Oberá, Resistencia y La Rioja; mientras que están en proyecto de alargues y reformas los trazados de Concordia, Mar del Plata, Las Flores y Allen.
    Ejemplo a seguir son estas 26 ciudades que construyeron, construyen, actualizan o actualizarán sus escenarios para recibir a las categorías nacionales más importantes del país, apoyadas por gobiernos provinciales y municipales, mientras que los autódromos son manejados y asesorados por asociaciones civiles sin fines de lucro empapadas en el tema. Hoy en nuestra provincia sólo existen dos autódromos, el Óvalo de Rafaela, donde solamente corre el Turismo Carretera y el Parque de la Velocidad de San Jorge, en el cual solamente concurre el Turismo Nacional.
    Mientras tanto en la "invencible" Provincia de Santa Fe dejaron de tener actividad nacional y desaparecieron los autódromos de  Maggiolo en 1994, Las Parejas en 1998 y Avellaneda en 2002, mientras que el circuito rosarino en el año 2006 tuvo su última carrera nacional con la presencia del Turismo 4000 Argentino y si bien todavía no desapareció, si no se mejora, lo hará irremediablemente en muy poco tiempo.
    ¿Quienes estarán equivocados, los gobernadores e intendentes de las provincias y ciudades en que se hacen autódromos o en las que se cierran? ¿Estará informado el ídolo máximo del automovilismo de los últimos 50 años, Carlos Reutemann, quien fue Gobernador de Santa Fe por 8 años, de esta realidad? ¿Sabrá el actual Gobernador Hermes Binner que en la provincia casi no quedan autódromos, mientras él apoya la realización de un callejero? Que no está mal, pero sí en una provincia que casi no colabora con los autódromos.
    Desde 1983 los Intendentes municipales de Rosario nunca hicieron nada. Horacio Usandizaga de 1983 a 1989, Héctor Caballero de 1989 a 1995, Hermes Binner de 1995 a 2003 y Roberto Miguel Lifschitz desde el año 2003 hasta estos días. Ninguno de ellos tomó la decisión correcta para que Rosario tenga un autódromo de verdad y deje de pasar un papelón a nivel nacional.
    Algunos dicen que la actual ubicación del autódromo es mala pero, en qué otro predio en Rosario se puede construir un Complejo Automovilístico para la realización de otras actividades como exposiciones, ferias, encuentros, recitales, escuelas de conducción, talleres educacionales, etc., en un predio de más de 120 hectáreas, sin cortar un solo árbol del Bosque de los Constituyentes e integrándolo al predio como en los autódromos de Monza, Imola, Hockenheim, Nürburgring, Spa-Francorchamps, o los mejores de nuestro país.    ¿En qué otro terreno, en Rosario, podrían estacionarse 30.000 autos dentro del predio? ¿En qué otro lugar en Rosario estarían los accesos de todas las rutas a menos de 10 km. (Ruta 21, Autopista a Bs. As, Rutas Provinciales 18 y 14, Ruta Nacional 33, Autopista a Córdoba, Ruta 34, Autopista a Santa Fe, el Puente a Victoria, la circunvalación y la AO 12)? Y todo esto, sin tener en cuenta que la designación del autódromo, en ese lugar, data de 1961 y que la primera carrera en pavimento fue en el año 1982, muchísimos años antes de que familias de alto poder adquisitivo se mudaran a las inmediaciones del Juan Manuel Fangio, consiguiendo esas tierras linderas por chauchas y palitos.

 

    Ya se cumplieron 127 meses de promesas, frustraciones, versos y mentiras. Diez temporadas automovilísticas perdidas, pero sin dejar de pagar sueldos a contadores y personal jerárquico, junto a viáticos, mantenimiento, seguros, combustible, teléfono y luz entre otros gastos. En total, más de $50.000 mensuales gastados para no organizar, ni generar un solo peso de ingreso.
    Evidentemente, la intendencia tomó apuntes y verificó que el autódromo o mejor dicho ilusionódromo o basuródromo, sin actividad genera cuentas negativas. Por ende, es inminente que Rosario tenga menores gastos. Finalmente los poderosos vecinos podrán firmar, de forma definitiva, el acta de defunción del autódromo, aunque tal vez en muy poco tiempo tendrán que ingeniárselas en cómo erradicar una villa de emergencia, ya que debemos tener en cuenta lo que sucedió en otros autódromos cerrados definitivamente y más aún, conociendo el predio como totalmente apto para un asentamiento irregular.
    Ojalá nuestros dirigentes despierten pronto de la larguísima siesta que están durmiendo, dejen de ilusionar efimeramente y se asesoren por entendidos, y así Rosario deje de ser una vergüenza automovilística nacional y pase a ser una de las plazas más importantes de país, a la hora en que se dispute una carrera y se trasladen más de 60.000 personas en un solo fin de semana, gastando, consumiendo y haciendo que nuestra ciudad tenga mayor vida y trascendencia, para que definitivamente sea la segunda ciudad de Argentina.
 
  Mariano Pallotti.-